Zitácuaro - Historia

Ayuntamiento de Zitácuaro, Michoacán, Administración 2021 - 2024.

 

150005
10
Octubre
2015

Mural del Palacio Municipal

  • Parte 1

 

Mural del Palacio Municipal

 

M.C.D. Miguel Ángel Avilés T.

Una de las obras de arte más importante del patrimonio cultural del municipio de Zitácuaro es la pintura mural localizada en la pared norte del patio principal de palacio municipal, en el que esta plasmada su historia. Fue realizado por el artista Abel Medina Solís, entre los años 1984-1986, contando con la asesoría de distinguidos zitacuarenses, en especial la del Dr. Genaro Correa. Trascurrirían 21 años para que la pintora Azucena Heredia Esquivel, discípula de don Abel plasmara en el muro poniente de dicho patio (2005-2007) una segunda etapa, contando con el asesoramiento del maestro Samuel Ruiz Madrigal.

La descripción de la primera etapa de esta obra, se localizaba en uno de sus extremos, desgraciadamente al efectuarse la segunda etapa, se borró la parte de ella situada en el lado derecho, quedando truncada. A continuación se realiza la descripción del mural empezando por la de la pared norte y de izquierda a derecha del espectador.

Los Orígenes.

En esta parte del mural esta representada la época prehispánica del municipio de Zitácuaro: la comprendida entre los horizontes Epiclásico y Postclásico Temprano (800 – 1250 d.C.) cuya evidencia arqueológica se encuentra en el sitio San Felipe los Alzati – Ziráhuato, en él se llevaban a cabo ceremonias religiosas y se atendían asuntos administrativos. Se halla construido sobre una eminencia natural, desde donde resultaba factible controlar todos sus accesos, ahí debieron existir pequeñas aldeas agrícolas cuyos moradores estaban obligados a pagar tributo para el sostenimiento de dicho centro ceremonial, él cual está formado por cuatro grupos arquitectónicos: 1°.- Grupo de la Pirámide Mayor, 2°.- Grupo Sur, 3°.- Grupo Oeste y 4°.- Zona Habitacional. Las exploraciones arqueológicas llevadas a cabo han permitido definir la presencia de la cultura matlazinca, la cual tuvo su origen en el Valle de Toluca.

A la derecha de la pirámide se pueden ver el sol y las mariposas monarca, ya que según la tradición oral: “de la boca del dios de la creación, cada día aparecían el sol y los rayos de éste, los que durante la estación invernal, se transformaban en mariposas (simiente del sol) para arropar la tierra y a los hombres, fertilizar el suelo y polinizar las flores, adornar la vida y el aire”, siendo ellas una metamorfosis del dios creador o viejo, eran incomibles por los pájaros y otros depredadores , por eso, su proliferación era mayor a la de cualquier otro ser viviente, saetas del sol de diseño en joyante protegían al pueblo. Este hecho tenía gran vinculación con el solsticio de invierno y el equinoccio de primavera, cuando llegaban y se iban las mariposas.

En el mural se aprecia la figura de un aldeano que esculpe en una sola pieza un jaguar, corazón de la tierra y misterio de la vida y el más allá. Se trata de un océlotl-cuahxicalli, jaguar ornamentado con plumas a manera de penacho, que en el lomo tiene una oquedad ((cuahxicalli) que se utilizaba como recipiente para colocar los corazones de los sacrificados. En la zona fueron encontrados dos de ellos, uno se trasladó al Museo Nacional de Antropología e Historia y el otro se encuentra en el patio del templo de Zirahuato, en custodia de la población.

Un artesano más labra un petroglifo (símbolo grabado en piedra) cuya forma en espiral probablemente simboliza el movimiento solar, que se traducía en las estaciones, trayendo el frío, el calor, o, la lluvia que hacían germinar la semilla y madurar los frutos. En la parte baja se aprecia la llegada de los purépechas, etapa que corresponde al siguiente horizonte: conocido como Posclásico tardío (1200 – 1500 d.C.) caracterizado por su militarismo.

 

Evangelización y Colonización.

En la segunda sección, en su parte superior se advierte la silueta de la montaña más alta del municipio, El Cerro de Cuapapalotzin , “Pelón”, que en el siglo XVI recibió este nombre porque al pie de su falda occidental se fue a vivir don Alonso de Peña Aranda y Bracamonte, encomendero de Zitácuaro impuesto por Cortés. A la izquierda, se advierte la figura de un capataz, supervisando la ignominiosa explotación de los nativos, más abajo resalta la presencia de un grupo de españoles encabezados por el encomendero anteriormente citado.